En Cámara Mágica nos dedicamos a contar historias, porque hemos comprobado
empíricamente, que una simple historia puede cambiar la vida de una persona. Hoy les
contamos, como una innovación social puede cambiar la forma en que vemos la migración.
Todas las cosas que conocemos en el mundo tiene un significado que según define la semántica es el correlato mental del significante (imagen acústica), esto quiere decir que cuando nombramos algo, nuestra mente genera una imagen en torno a esa palabra. Y ese relato, está arraigado a la información que hemos recibido. Y ahí está la clave de muchas narrativas: cómo la información que hemos recibido y que no siempre verificamos, se va asentando en nuestro inconsciente y va quedando como una gran verdad. Y es así, como cada día, nos enfrentamos a narrativas que llegan a nuestras mentes generalmente albergadas en ideas comunes a partir a veces de experiencias personales (las menos) e ideas y propagación de historias (las más).
Así se van haciendo las ideas pre concebidas un proceso muy similar al juego del teléfono, donde un mensaje se distorsiona en la medida que pasa de persona en persona, de ahí la importancia de poner especial atención en la veracidad del mensaje.
Habitamos una galaxia que está en constante movimiento, sabemos científicamente que nuestro planeta rota y se traslada todo el tiempo. Cada año, manadas de animales recorren kilómetros en busca de agua y alimento, hay aves que pasan la mayor parte de su vida migrando, hay peces que hacen un esfuerzo descomunal nadando contracorriente para desovar en otras aguas. Las diminutas semillas, vuelan arrastradas por el viento para germinar en nuevos lugares.
Así ha sido, por lo siglos de los siglos y así seguirá siendo, porque la vida se sostiene en base al movimiento. Entonces, si el movimiento es tan normal e inherente a la vida, porque nos resulta tan extraño el movimiento de personas?
Bien ahora quiero invitarlos a una segunda reflexión. La condición de migración no es exclusiva de un cambio de país, migran quienes cambian de una ciudad a otra o incluso de barrio. Si ustedes se han visto enfrentados a este proceso, entonces son migrantes. Y si no lo han hecho, es cosa de ampliar el espectro de la historia. Buscar un poco más atrás, entre nuestros padres, abuelos, tíos, primos o hermanos, en todas las familias hay un migrante.
Siguiendo esa lógica, la mayoría de las personas somos migrantes. Y no es extraño ni antinatural. Todo lo contrario, es lo más lógico y orgánico.
Entonces, cómo una innovación social es capaz de cambiar la narrativa. Hemos creado un programa de intervención educativa compuesta de un libro: Mudanza que invita a reflexionar sobre estos conceptos. El relato se centra en el viaje a través de las emociones que experimenta la protagonista en este nuevo lugar. Pero cuando la nostalgia predomina y la sensación de extrañar su lugar de origen se instalan en ella, se encuentra con unos particulares músicos transhumantes, que incluso ya han olvidado de donde son, pero que saben hacer de cada nuevo lugar un hogar.
El descubrimiento de que todo lo que amamos permanece en el corazón, es lo que le permite aunar sus recuerdos con sus nuevas vivencias y le enseña que los resultados híbridos son siempre atractivos y llenos de posibilidades.
Pero esta historia por sí sola, no es capaz de hacer un cambio, solo puede detonar la reflexión. Por eso, hemos diseñado el Cuaderno Migrante, para que de este materia, los niños sean capaces de mirar su propia historia de migración y construir una narrativa realista en base a la experiencia. Y para aquellos niños que no han migrado, descubrir que un ser querido y cercano lo ha hecho, le abrirá la puerta a ver este proceso desde la empatía y descubriendo el significado de migrar de la mano de una historia real.
Las narrativas no se cambian ni se instalan como por arte de magia. No se trata de cambiar un discurso por otro, tampoco de imponer un relato. Creemos en el poder de las historias, pero para eso las necesitamos todas. Mudanza es una invitación a la reflexión, un detonante para pensar en nuestras propias historias de migración y en las de quienes nos rodean. Será esa reflexión profunda la que nos permita generar una nueva mirada, más receptiva, más tolerante y respetuosa de la diversidad cultural.
Todos podemos ser parte de esta historia. Al comprar este libro estas apoyando la implementación en salas de clases de escuelas públicas de Calama.
Todas las cosas que conocemos en el mundo tiene un significado que según define la semántica es el correlato mental del significante (imagen acústica), esto quiere decir que cuando nombramos algo, nuestra mente genera una imagen en torno a esa palabra. Y ese relato, está arraigado a la información que hemos recibido. Y ahí está la clave de muchas narrativas: cómo la información que hemos recibido y que no siempre verificamos, se va asentando en nuestro inconsciente y va quedando como una gran verdad. Y es así, como cada día, nos enfrentamos a narrativas que llegan a nuestras mentes generalmente albergadas en ideas comunes a partir a veces de experiencias personales (las menos) e ideas y propagación de historias (las más).
Así se van haciendo las ideas pre concebidas un proceso muy similar al juego del teléfono, donde un mensaje se distorsiona en la medida que pasa de persona en persona, de ahí la importancia de poner especial atención en la veracidad del mensaje.
Habitamos una galaxia que está en constante movimiento, sabemos científicamente que nuestro planeta rota y se traslada todo el tiempo. Cada año, manadas de animales recorren kilómetros en busca de agua y alimento, hay aves que pasan la mayor parte de su vida migrando, hay peces que hacen un esfuerzo descomunal nadando contracorriente para desovar en otras aguas. Las diminutas semillas, vuelan arrastradas por el viento para germinar en nuevos lugares.
Así ha sido, por lo siglos de los siglos y así seguirá siendo, porque la vida se sostiene en base al movimiento. Entonces, si el movimiento es tan normal e inherente a la vida, porque nos resulta tan extraño el movimiento de personas?
Bien ahora quiero invitarlos a una segunda reflexión. La condición de migración no es exclusiva de un cambio de país, migran quienes cambian de una ciudad a otra o incluso de barrio. Si ustedes se han visto enfrentados a este proceso, entonces son migrantes. Y si no lo han hecho, es cosa de ampliar el espectro de la historia. Buscar un poco más atrás, entre nuestros padres, abuelos, tíos, primos o hermanos, en todas las familias hay un migrante.
Siguiendo esa lógica, la mayoría de las personas somos migrantes. Y no es extraño ni antinatural. Todo lo contrario, es lo más lógico y orgánico.
Entonces, cómo una innovación social es capaz de cambiar la narrativa. Hemos creado un programa de intervención educativa compuesta de un libro: Mudanza que invita a reflexionar sobre estos conceptos. El relato se centra en el viaje a través de las emociones que experimenta la protagonista en este nuevo lugar. Pero cuando la nostalgia predomina y la sensación de extrañar su lugar de origen se instalan en ella, se encuentra con unos particulares músicos transhumantes, que incluso ya han olvidado de donde son, pero que saben hacer de cada nuevo lugar un hogar.
El descubrimiento de que todo lo que amamos permanece en el corazón, es lo que le permite aunar sus recuerdos con sus nuevas vivencias y le enseña que los resultados híbridos son siempre atractivos y llenos de posibilidades.
Pero esta historia por sí sola, no es capaz de hacer un cambio, solo puede detonar la reflexión. Por eso, hemos diseñado el Cuaderno Migrante, para que de este materia, los niños sean capaces de mirar su propia historia de migración y construir una narrativa realista en base a la experiencia. Y para aquellos niños que no han migrado, descubrir que un ser querido y cercano lo ha hecho, le abrirá la puerta a ver este proceso desde la empatía y descubriendo el significado de migrar de la mano de una historia real.
Las narrativas no se cambian ni se instalan como por arte de magia. No se trata de cambiar un discurso por otro, tampoco de imponer un relato. Creemos en el poder de las historias, pero para eso las necesitamos todas. Mudanza es una invitación a la reflexión, un detonante para pensar en nuestras propias historias de migración y en las de quienes nos rodean. Será esa reflexión profunda la que nos permita generar una nueva mirada, más receptiva, más tolerante y respetuosa de la diversidad cultural.
Todos podemos ser parte de esta historia. Al comprar este libro estas apoyando la implementación en salas de clases de escuelas públicas de Calama.